Recordando a mi padre
De chiquito siempre tuvo, pasión por la platita,
En una latita de sardina ahorraba lo poquito que juntaba.
Lo negocios lo atrapaban, y en el revoleo ganaba, para el futuro asegurar.
Nació en el 36, el día del ejército, en los pagos de Enrique Lavalle.
En la escuela 18 la primaria cursó, después trabajó en changas y ayudaba a su padre en la herrería, hasta que desde Olavarría a la colimba lo llamaron, en el casino de oficiales, casi 2 años estuvo, aunque no la pasó tan duro, la distancia lo extrañó.
A su pago volvió y de tornero se alzó rumbo a Henderson y progresar, para una familia formar, su torno giraba noche y día… 2 pilares el dejó, Gastón y Diego, que con mucho cariño formó.
Anduvo en las cosechas, con los galgos, los caballos, las plantas y sus locuras, que eran de mucha bravura para poder seguirlo y a la tierra se entregó en plena inundación, compró el campo y desde ahí se dedicó a los frutos que la pacha mama entrega, que de buena manera los pidió… hacienda y agricultura, de eso trabajó, y a nosotros nos explicó que, con la pluma y una hoja, sus poesías dejaron plasmados los días que nos acompañó.
A su manera vivió, a vegetar el no vino a este mundo, solo vino a sembrar mucha alegría.
Sino firmaba, ponía el dedo, y pensando un rato, no precisaba contrato, su palabra era documento.
Documentos que nos dejó de cada paso de su vida, en poemas o poesías hoy compartiremos este hermoso homenaje al querido Cimarrón.
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